viernes, 14 de octubre de 2016

El largo adiós del SNIP Un paso atrás para dar otros adelante. (Diario La República)



El presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) ha anunciado la eliminación del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP), el que será reemplazado por un nuevo mecanismo de control para proyectos públicos. PPK ha responsabilizado al SNIP del retraso en la inversión pública y ha sentenciado: “Muchos proyectos están hoy parados por una cosa que se llama el Sistema Nacional de Inversión Pública, chau, SNIP, que quede bien claro, murió el SNIP”.
El Jefe del Estado está cumpliendo una de sus promesas de la campaña electoral. Esta propuesta de desactivación no fue acompañada por otras formaciones políticas. El fujimorismo propuso habilitar un SNIP regional para que los procesos de autorización de inversión pública sean realizados directamente en los territorios, en tanto que Acción Popular planteó renovar el SNIP convirtiéndolo en un sistema ágil, moderno y descentralizado que permita coordinar con los tres niveles de gobierno. El Frente Amplio que sugirió en la campaña varias medidas para el relanzamiento de la descentralización no abordó el problema del SNIP y en cambio supeditó todo cambio a una política de ordenamiento territorial.
Las críticas al SNIP son generalidades pero la medida de eliminarlo tiene defensores y detractores. Estos últimos alegan que este sistema reúne, como su nombre lo indica, una serie de parámetros que impiden la obra pública populista mejorando al mismo tiempo el planeamiento de los objetivos de desarrollo nacional y regional.
El SNIP se empezó a implementar el año 2000 en las postrimerías del gobierno fujimorista a instancias del MEF y de organismos internacionales que cuestionaban la calidad de los proyectos nacionales y la excesiva discrecionalidad de los ministros para invertir. Recuérdese los colegios que se caían a poco de haber sido inaugurados y que Fujimori llevaba dinero en efectivo que entregaba a las comunidades para la construcción de obras comunales.
La impopularidad del SNIP fue rápida y se agudizó cuando comenzaron a operar el año 2003 los primeros gobiernos regionales elegidos democráticamente. Desde ese momento, el “maldito SNIP” empezó su larga despedida, primero a través de decretos supremos que liberaba un proyecto de cuantiosa inversión porque se daba por descontada su viabilidad.
El largo adiós parece haber llegado a su fin. Sin embargo, a pesar de que pocos lo extrañarán, es necesario reparar en las demandas que este cambio plantea, especialmente la mejora de los mecanismos de planeamiento regional y local.
En la campaña electoral, el actual ministro de Economía propuso retirar del MEF las funciones de planeamiento para pasarlas al CEPLAN y el mismo PPK prometió la instalación de una suerte de “ProInversión regionalizada” y la creación de un Ministerio de Apoyo a las Regiones. El gobierno no está insistiendo en estas promesas y se corre el riesgo de que las medidas para mejorar la inversión se queden en el camino y la supresión del SNIP se parezca a lo que hace 10 años fue la eliminación del Consejo Nacional de Descentralización (CND), un paso atrás para no dar ni uno adelante.

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