martes, 30 de diciembre de 2014

descanse en Paz Dr. Brack


Obra por Impuestos: ¿un beneficio para la población o publicidad para los empresarios?


¿Alguna vez escuchaste hablar de 'Obras por Impuestos'?

Parece un eslogan de campaña política, sí, pero es más bien una modalidad de inversión pública que utiliza la participación del sector privado. ¿Cómo así?

Bajo este mecanismo las empresas privadas pagan sus impuestos al Estado a través del financiamiento de proyectos de infraestructura que permitan el desarrollo de una población. Es decir, en vez pagar impuestos haces obras públicas por un monto similar: un puente, una posta médica, una carretera, una plaza, etc.

En teoría, esta modalidad permite ahorrar tiempo en la ejecución y entrega de una obra; o sea, le quitas un peso al Estado y además ganas tiempo al no tener que cruzar la kafkiana burocracia estatal para hacer un parque. Suena bonito, sí.

Bueno, en teoría.

Ojo a esto. un reciente estudio de la ONG Participación Ciudadana ha detectado algunas fallas en este sistema que, al parecer, estarían favoreciendo intereses empresariales nada menos que con dinero del Estado. 

No todo lo que brilla es oro.

Entre las fallas que encontró el estudio escogimos cuatro:

1. Las empresas privadas que participan en el mecanismo de Obra por Impuestos (Oxl) incorporan este programa en sus programas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE). ¿Qué tiene eso de malo? Pues que el dinero con el que se desarrolla los proyectos de obras por impuestos es dinero del Estado, no precisamente del privado. Recordemos que es el equivalente de los impuestos, o sea, fondos que pertenecen al Estado. Al final, lo que genera esta práctica es que el Estado termina financiando con el dinero de todos nosotros la buena imagen institucional de una empresa privada.

2. Otro problema es que las empresas que participan de este mecanismo contratan a sus compañías subsidiarias de manera directa para que ejecuten las obras públicas. Es decir, la empresa ejecutora de una carretera pertenece a la misma empresa que la financia. Esto revela un claro conflicto de intereses. Dicho de otro modo: yo, empresa privada, tengo este dinero para pagar impuestos al gobierno, pero mejor uso el sistema OxI y hago una pista. Ok. Contrato entonces a una empresa subsidiaria mía para que haga la pista, y le pago. Pero es una empresa mía. Es como pagarme a mí, sí. 

3. Otro aspecto preocupante es que las empresas privadas proponen proyectos que no están contemplados en la cartera de los gobiernos nacional o subnacionales. Esto les permite desarrollar en primer lugar los proyectos que las benefician y luego aquellos que buscan un mayor beneficio social. Por ejemplo, una minera preferirá hacer como obra pública una carretera de acceso a la mina en lugar de un colegio en una zona no tan cercana. Es una obra pública, sí, pero no precisamente la que necesita la región en la que esta empresa opera. 

4. Tal vez uno de los problemas más graves que detectó este estudio es que, bajo esta modalidad, las personas creen que es la empresa privada la que debe resolver sus problemas básicos. Como consecuencia la ciudadanía considera, por ejemplo, que la construcción de un puente depende de las condiciones que plantee la empresa privada. Esta percepción debilita al Estado frente al sector privado y le quita legitimidad en algunas zonas del país.

Visto los problemas de este mecanismo, cabe preguntarnos, ¿cuál ha sido la posición de la empresa privada, del Estado e incluso de la sociedad civil sobre este tema? Veamos.

El Estado y la empresa privada: un mecanismo que ayuda.

A fines de la semana pasada, representantes de grandes empresas públicas, de algunas entidades estatales y de Participación Ciudadana se reunieron para discutir el tema. Hubo todo tipo de posturas.

La evaluación del tema para el superintendente de relaciones públicas de la empresa Southern Perú, Guillermo Vidalón, fue bastante distinta al estudio. Bueno, era de esperarse.

Para él, este mecanismo será imitado en el extranjero por lo conveniente que resulta. Además, dijo que no canaliza las necesidades de las empresas privadas. “Nosotros no tenemos ningún interés en Arequipa, y sin embargo estamos cofinanciando la construcción del puente Chilina porque el Estado no lo pudo hacer”, sostuvo durante una reunión realizada este jueves por la ONG Participación Ciudadana.

Por su parte, la representante del Ministerio de Economía y Finanzas, Raquel Yamujar, aseguró que todas las obras que pasan por el mecanismo de Obras por Impuestos lo hacen por los mismos controles que aquellas que son desarrolladas por los gobiernos regionales o locales.

Yamujar explicó que una de las ventajas del mecanismo es que permite a los gobiernos invertir en obras muchos más grandes y costosas dado que, al tratarse de un programa de desarrollo de obras a cuenta de impuestos futuros, se puede disponer de esos recursos en un mismo año.

Denise Miralles, representante de Proinversión, dijo que si no fuera por la existencia de este mecanismo, muchas de las obras que actualmente benefician a muchas personas no se habrían realizado. Una visión bastante optimista. 

“Aunque les parezca que son obras pequeñas, son importantes para las personas que las necesitan. Por ejemplo, una vereda que previene que el polvo se meta directamente a las viviendas previene que se produzcan o recrudezcan afecciones respiratorias de las personas que viven allí”, dijo Miralles.

La sociedad civil: un Estado ineficiente.

La visión desde la sociedad civil y la academia, así como la de los gobiernos descentralizados, han sido bastante crítica al respecto.

Por ejemplo, para Javier Torres, de la Asociación SER, estas pequeñas fallas halladas en el mecanismo de Obras por Impuestos halladas por Participación Ciudadana son consecuencia de un Estado ineficiente para vigilar y para gastar correctamente los recursos públicos.

En ese sentido, Torres cuestionó la idea de que más gasto implica un mayor desarrollo, y puso como ejemplo a la provincia de Espinar en Cusco, donde la inversión privada es enorme pero en su opinión, no hay ni planificación ni desarrollo.

Lo mismo opinó Eduardo Ballón de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR); para él, lo más complicado es que no se encuentra bien establecida la supervisión del gasto público por parte del Estado. Esto ocasiona que tanto los gobiernos regionales y locales no confíen en la capacidad de los órganos de control del Estado en torno a una obra.

Finalmente, para el director de la revista Poder, David Rivera, este mecanismo es producto de una reducción del Estado que ha perjudicado seriamente a la empresa privada: "Durante años, las empresas presionaron para que el Estado se reduzca y ahora eso les ha reventado en la cara, pues aquel es tan chico que ya no puede hacer lo que le corresponde y ahora ellas deben asumir un papel que no les pertenece". Más claro, imposible.

Sin duda, el estudio de Participación Ciudadana ha planteado un debate que tiene para rato. Tal vez lo más importante sea que ha evidenciado la falta de un riguroso control por parte del Estado ahí dónde debería estar toda la atención del Gobierno: en las obras de infraestructura para los más pobres. Una cosa es construir una carretera, pero otra cosa es preguntarse a quiénes está beneficiando, quiénes usan esa carretera.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Lima al fin de año: debe y haber, por Jorge Ruiz de Somocurcio

Extraña que el tema de valores y ciudadanía no aparezcan como prioridad, en una ciudad cada vez más hostil y agresiva.

Empieza el 2015, pero no es un año cualquiera. Con él se inicia un nuevo período de gobiernos municipales y regionales en el Perú.
En Lima, hay un nuevo alcalde provincial, 22 nuevos alcaldes distritales y otros veinte repiten el plato. Por su parte, en la región Callao se mantienen las mismas autoridades, salvo en La Punta.
Es también un año preelectoral para el Gobierno Nacional, lo cual probablemente envenenará la búsqueda de alianzas con este. La gestión municipal que se acaba desperdició la oportunidad de asociarse con el  Gobierno Central en un momento estelar del crecimiento económico del país.
En el 2014, según el prestigioso economista Carlos Urrunaga, los gobiernos regionales han dispuesto  en el país de casi S/.6 mil millones para gastos de inversión y los municipios aproximadamente S/.13 mil millones. Casi un 30% menos que en el 2013. En Lima, elpresupuesto de inversión municipal este año ha sido de S/.800 millones, de los cuales se ha gastado solo el 60%.
En el presupuesto del 2015, el monto para inversión subnacional es 9% menos, pese a que hay un 2,5% más de población que atender. ¿Cómo harán?
Este año la inversión pública avanzó muy poco en las grandes carencias de Lima. Una encuesta de Ipsos Perú para El Comercio, publicada el pasado 18 de mayo, daba cuenta de casi un 60% de insatisfacción del limeño con los servicios públicos. Según la consultora Mercer, en términos de calidad de vida Lima ocupa el puesto 124 entre 223 urbes estudiadas. 
Hay un largo camino de necesidades por atender. Las grandes actuaciones vinieron del sector privado, en vivienda y servicios, centros comerciales, complejos empresariales, por un monto que no alcanzó los S/.5 mil millones, según la Asociación de Empresas Inmobiliarias. Pero b
ásicamente para los estratos socio económicos A, B y C.
La gastronomía puso también lo suyo y Lima empezó a aportar su cuota de turismo gastronómico con una ola de restaurantes desde huariques a establecimientos 5 tenedores creando identidad local. Además del turismo de convenciones. Pero el patrimonio, por ejemplo, quedó a la deriva.
La nueva gestión municipal empieza con la expectativa del 74% de la población que opina que Lima estará mejor, según una encuesta de El Comercio publicada el 12 de diciembre.  Valla alta que le puede pasar factura al propio CastañedaSe priorizan los temas de seguridad, transporte, corrupción, espacios públicos y salud que en realidad constituyen un sentimiento de las urgencias de la población. Pero una ciudad no es la suma de esos cinco componentes. Menos Lima. 
Extraña que el tema de valores y ciudadanía no aparezca en la encuesta, en una ciudad cada vez más hostil y agresiva. Pero toca al municipio reivindicarlo como un factor clave para la convivencia y hacer ciudad.
Habrá que esperar el mensaje que nos dará el alcalde el 1 de enero cuando inicie el mandato con las mayores expectativas de los últimos años.

viernes, 5 de diciembre de 2014

¿Es el "Cierre del Proyecto" o es el "Cierre de la Fase de Inversión"? PRIMER PARTE


Durante mucho tiempo y creo que a la fecha, las intervenciones en Inversión Pública en el Perú han dedicado sus esfuerzos a la preocupación de la Fase de Inversión o Fase II del ciclo de proyectos, entendiendo estos, principalmente a cómo serán financiados y cuando terminan de ejecutarse y cosas así, y esta es incluso la preocupación de todos los niveles de gobierno, pero, y haciendo una reflexión del tema, nos preguntamos: ¿ Es más importante la Fase de Pre Inversión o de Inversión o es acaso la Fase de Post Inversión?, sin desmerecer la importancia de cada una de las tres fases del ciclo, respecto del impacto social, me atrevo a decir que la última Fase (Post Inversión) es la más importante y explico por qué:

Si en analogía a la propia vida, traer un niño al mundo es el equivalente a la viabilidad y ejecución a la vez , es justamente su sostenibilidad (aproximadamente 25 años) la parte más importante, es la que en el tiempo deberá hacerse de él una persona feliz, sin carencias básicas y con mucho afecto y dedicación para ser un hombre de bien en la sociedad, que desarrolle sus habilidades y talentos que permita a su entorno disfrutar y beneficiarse de su presencia.

Un proyecto de Inversión Pública vendría a ser un esfuerzo por resolver la pertinencia respecto a una necesidad, que al ser diseñada de forma adecuada, cumplirá un rol en la sociedad y su impacto será dinámico, pues se moverá con la brecha que también es dinámica, por lo que instalar o implementar el diseño es la parte menos preocupante pues lo importante es el servicio que ha de ofrecerse que cubra la brecha objetivo, que en el tiempo u horizonte de evaluación estimado, los beneficios se mantengan per se.

Lo malo de la actualidad es que creemos que lo más importante es sólo la Inversión y no la sostenibilidad de ella, o por lo menos no está priorizada con rango de ley, por ejemplo, si te regalan un BMW del año (Consumo de gasolina de 97 Oct, aditamentos y aditivos de consumo de lujo), y tus ingresos personales sólo te permiten el uso de transporte público en tu escala de gastos optimizados, lo que tendrás será un bien de capital, pues podrá convertirse en dinero en efectivo, tras la venta de este y poder disponer de recursos para una eventual "investment venture", realidad que no funciona en el estado peruano. 

Si una comunidad recibe del Estado un proyecto de la naturaleza que fuere, este no haya sido garantizado su O&M, lo que tendrán será no sólo el conocido "Elefante Blanco", sino el incremento de una brecha de servicio público sin atender y desazón general en dicho ámbito, reflejada en una insatisfacción social, teniendo en cuenta el costo ejecutado de recursos del estado. 

Entonces ¿quién paga los operadores?, si los recursos de operación y mantenimiento son mínimos por cada UP, es que ¿habrá que diseñarse la proporción adecuada de uso de recursos por el lado presupuestal?, por que si algo es cierto, es que recursos para invertir existen. ¿Cuál es el límite presupuestal que deberá asignársele a una UP para su O&M de PIPs que viene gestionando, proporcionalmente hablando?, Si para la preinversión existe un código SNIP, para la Inversión se le incluye además el código SIAF, para la post Inversión ¿cómo puedo engarzar el horizonte de evaluación? y la O&M del PIP se mimetizó entre todo el presupuesto de la entidad.

Finalmente, debemos preocuparnos no sólo por el presente o el corto y mediano plazo, que coincide con los periodos de gobierno, sino en trascender de una vez.

La próxima semana continuamos con este artículo