FRANCESCA GARCÍA / MANUEL CALLOQUISPE
El gobierno de Alejandro Toledo justificó la millonaria inversión de la carretera Interoceánica Sur en que esta vía iba a potenciar el intercambio comercial con Brasil y, de esta forma, crear un gran desarrollo social y económico en regiones como Madre de Dios y Cusco.
Incluso, el proyecto se exoneró del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) y finalmente costó más del doble de lo previsto: de US$800 millones pasó a US$2.000 millones.
Sin embargo, a diez años del inicio de su construcción y cinco de culminada, la carretera no está cumpliendo estas metas, según especialistas.
“Aún el 90% del movimiento comercial con Brasil se hace por vía marítima entre Callao y Santos [Sao Paulo], ya sea por el canal de Panamá o por el estrecho de Magallanes.
Incluso, el resto se traslada por vía terrestre, pasando por Argentina y Chile”, explica Fred Inti Bocangel, director de Comercio Exterior y Turismo de la Cámara de Comercio de Madre de Dios.
Aun así, Inti cree que con el paso del tiempo se irá incrementando el uso de la Interoceánica. Para esto, según dijo, se tienen que mejorar los servicios aduaneros, sanitarios y policiales. “Esto contribuirá con el desarrollo de la cultura exportadora en Madre de Dios”, precisó.
Según la Sociedad de Comercio Exterior (Cómex-Perú), hasta el 2014 solo el 2% del flujo comercial con Brasil se trasladaba por vía terrestre.
Críticas a los estudios
Gustavo Guerra García, economista y viceministro de Transportes y Comunicaciones entre los años 2001 y 2002, es uno de los mayores críticos del proyecto desde su concepción. Explicó que en su momento la construcción de la vía fue aprobada con carácter prioritario, solo sustentando esto en un estudio de factibilidad que proyectaba un crecimiento acelerado de la agricultura en Madre de Dios.
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