¿Usted es uno de los Chicago Boys?
Soy uno de los más viejos Chicago Boys. Nunca he participado en el gobierno, siempre he estado en la universidad, pero colaboré en lo que es la evaluación de proyectos. En el Perú he dictado clases en el Ministerio de Economía.
En el Perú se critica al SNIP por demorar la aprobación de los proyectos en las regiones. ¿Eso es correcto?
El proyecto tiene que llegar como un estudio bastante sencillo para poder determinar si la idea es mala o buena. Una vez que el Ministerio de Economía apruebe eso, viene el estudio de prefactibilidad, etapa que demora cuatro y cinco meses y, finalmente, el estudio de factibilidad. Creo que aquí hay que ser un alemán bruto para ser muy disciplinado y respetar el itinerario que debe seguir una idea de proyecto.
La mayoría de los candidatos ha manifestado que, de llegar al gobierno, flexibilizaría el SNIP aún más. No lo puedo creer. Es una pena. El problema es que cuando no es tu plata vas a tener menos interés en cuidarla y, si no hay un sistema de control, el incentivo para hacer proyectos que son políticamente atractivos es grande porque te generan votos. Entonces, la inclinación normal de un ser humano cuando tiene poder es tratar de no ser renovado y, para eso, tiene que darle el gusto a la gente, y si no hay un control de cómo gastar la plata, el país es el que va a sufrir, y él es el que va a ganar porque será el elegido. Entonces, el país debe poner controles de información; eso es el SNIP.
¿El SNIP tarda un año en aprobar los proyectos?
En mi país, este sistema lleva 25 años funcionando y hasta el presidente de la República respeta este mecanismo; ya está institucionalizado. Por ley, el ministro de Hacienda sabe que si quiere una carretera no puede mandar una inversión al Congreso si no está evaluada por el organismo encargado. Me da una pena, aquí, que los candidatos estén en contra del SNIP, porque contribuye a que haya más equidad en el país. El presidente Toledo también ha criticado el SNIP e, incluso, dispuso que la Interoceánica fuera exonerada de este proceso.
En Chile también existen los proyectos denominados PP. El presidente es el presidente, eso hay que admitirlo. Él, como autoridad, quiere hacer cosas, y en Chile también se byepasea el sistema, pero tiene que firmar un decreto para que la historia sepa que, si el proyecto no funciona en el futuro, el mandatario es el culpable. El presidente sabe qué debe hacerse, pero ojalá que cuando tome la decisión tenga la información necesaria. Sería etoso que un proyecto que cuesta 500 millones de dólares al final cueste 700 millones.
¿Las asociaciones público-privadas generan ahorro al país?
En Chile han tenido excelentes resultados. Cuando el gobierno construía carreteras, la plata se gastaba ahí, pero ahora que el sector privado construye carreteras, el Estado queda libre de gastar esa plata. En Chile hay puertos muy modernos, que son importantes para la exportación porque el tener puertos ineficientes es un impuesto a la exportación.